El sitio arqueológico del infiernito se encuentra localizado aprox 6 Km al occidente de Villa de Leiva, en la confluencia de los ríos Leiva y Suta en el valle de Zanquenzipa de la actual vereda de monquirá del mismo municipio, a una altura de 2240 msnm y con una topografía seminclinada en dirección norte – sur. Esta zona se caracteriza por mantener una escasa lluviosidad durante el año, y por presentar elevadas temperaturas durante el día y bajas durante la noche. Los suelos son áridos y estériles, en la actualidad se presentan pocos arbustos nativos como el dividivi, los muelles, ayuelos, carrizos, espinos, entre otros que han sido plantados recientemente como parte del Parque.
La presencia de columnas en “El infiernito” fue referenciada desde mediados del siglo XIX por Manuel Vélez, quien al parecer fue uno de los primeros viajeros que visitó este sitio y describió la existencia de una serie de columnas indígenas que habían hecho parte de un templo un palacio indígena.
La presencia de columnas en “El infiernito” fue referenciada desde mediados del siglo XIX por Manuel Vélez, quien al parecer fue uno de los primeros viajeros que visitó este sitio y describió la existencia de una serie de columnas indígenas que habían hecho parte de un templo un palacio indígena.
EL FALO: SIMBOLO DE LA FECUNDIDAD
La sacridad de la sexualidad humana y la preocupación por la fecundidad de los campos aparecen reveladas en estos colosales monolitos tallados, cargados de trascendentes fuerzas y valores espirituales y mágicos por virtud de los cuales tales formas labradas, al ser erigidas y consagradas dejan de ser simples cosas naturales para convertirse en hierofanias, es decir, en manifestaciones simbólicas de lo sagrado.
FECUNDIDAD DEL SOL
El sol y la luna, el fuego y la luz, a los ojos de varios pueblos nativos, aparecen provistos de poderes sobrenaturales especiales. El sol por ejemplo, está dotado de un poder fecundante tan poderoso que una virgen expuesta desnuda a los rayos solares, aparece preñada. Hermoso ejemplo de ésto, es el caso del legendario cacique de HUNZAHUA, GORANCHACHA, hijo del sol y de una princesa hija del cacique de Guachetá.